sábado, 14 de abril de 2018

Boletín de inicio del debate - Justicia para Marco Antonio y Emma Molina Theissen

JUSTICIA PARA MARCO ANTONIO Y EMMA  MOLINA THEISSEN 
Equipo de Comunicación 

Ciudad de Guatemala, 28 de febrero de 2018. El 1 de marzo se inicia el debate oral y público por el caso de la familia Molina Theissen. En este se busca obtener justicia por la detención ilegal, violencia sexual y tortura en el caso de Emma Guadalupe Molina Theissen y la desaparición forzada de Marco Antonio. El hijo menor de la familia, un niño de tan solo 14 años quien fue detenido y desaparecido por el ejército de Guatemala en octubre de 1981. En septiembre de ese año, Emma Guadalupe había sido capturada en un retén militar, detenida ilegalmente y sometida a violencia sexual y tortura, hasta que logró escapar. Ante ello y como acto de venganza, sus captores optaron por secuestrar a Marco Antonio quien, desde entonces, está desaparecido.


A partir de esa fecha, la familia Molina Theissen busca justicia y también conocer el paradero de Marco Antonio. Un paso necesario para cerrar un duelo que lleva más de tres décadas lacerando el corazón. 

Emma y la violencia sexual como estrategia de represión Los informes de la memoria en procesos de guerra destacan cómo las mujeres han sido utilizadas como botín. Sus cuerpos se profanan y violentan para establecer la relación de poder y dominación. De tal suerte que cuando las mujeres en la resistencia eran identificadas y retenidas por fuerzas de seguridad (civiles o militares), de inmediato enfrentaban violencia sexual como un intento por  quebrantar su identidad y su voluntad, así como disminuir su dignidad como personas. 

Ese es el caso de Emma Molina Theissen quien, como militante de la Juventud Patriótica del Trabajo (JPT) –organización juvenil del proscrito Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT)–-, estaba ubicada en la ciudad de Quezaltenango, en el altiplano occidental del país. Parte de su actividad incluía acudir a reuniones a la ciudad capital por lo que el 27 de septiembre de 1981 retornaba en bus extraurbano y llevaba consigo documentos de la JPT. En esa ocasión, en uno de los habituales retenes militares en la ruta interamericana, el bus en que se transportaba fue detenido y todas las personas que allí viajaban fueron requisadas. Al encontrarle a Emma documentos de la JPT, los militares la apartan del resto de personas y la apresan de inmediato. Luego de ser interrogada en el mismo sitio, fue trasladada a las instalaciones de la zona militar de Quezaltenango en donde fue sometida a tortura física, violencia sexual y privación de agua y alimentos. Nueve días después, Emma logra escapar de sus captores y buscar apoyo mediante el cual logra salir del país. 

En este caso la estrategia contrainsurgente se aplica en toda su dimensión al someter a Emma a privación de libertad, tortura física y sicológica y, por supuesto, violencia sexual de diversa índole, incluida la violación. 

La niñez como objetivo y mercancía.  El secuestro de Marco Antonio La maquinaria militar de represión ha contado con todos los instrumentos represivos para instalar el terror en la sociedad. Durante el período del caso que nos ocupa, a las niñas y niños sobrevivientes de masacres en las aldeas y municipios de Guatemala se les retenía en cuarteles, tal y como lo narra el documental Buscando a Óscar.1 Este describe una situación similar  a la experiencia de Domitila, una niña sobreviviente de una masacre quien, a diferencia de Óscar, fue dada en adopción a una familia extranjera. Las investigaciones archivísticas en los documentos de la Secretaría de Bienestar Social de la presidencia (SBS), en el período, dan cuenta de esta práctica de trata de niñez como mercancía, posterior a los hechos de violencia en sus comunidades y familias. 
                                              
De acuerdo con el informe de la Comisión de Esclarecimiento Histórico, más de cinco mil niñas y niños están desaparecidos como resultado de la estrategia contrainsurgente del Estado, durante el Conflicto Armado Interno. Dicha estrategia, la captura o secuestro de niñas y niños, además de alimentar la práctica criminal de venta para adopción, cumplía el propósito contrainsurgente de acabar con la semilla de toda expresión social de resistencia. 

Por lo tanto, Marco Antonio, un niño de 14 años e hijo menor de la familia Molina Theissen, fue un blanco de la contrainsurgencia. Con su secuestro, el 6 de octubre de 1981, se cometió un acto de venganza por parte de los militares de quienes Emma Guadalupe había logrado escapar. La posterior desaparición de este niño es por lo tanto, el castigo de aniquilación de la semilla de una familia considerada enemigo interno del régimen  de terror que imperaba en Guatemala. 

Ese es el sentido paradigmático del primer caso por desaparición forzada de uno de los más de cinco mil  niñas y niños desaparecidos, que llegará a debate oral y público después de más de tres décadas de su secuestro.    

Una familia emblemática de la resistencia La familia Molina Theissen ha vivido una constante persecución por su participación social. Madre y padre, cabezas de familia, han sido ejemplo de trabajo en la educación y la administración pública, respectivamente. Vivieron persecución por defender ideas democráticas las cuales inculcaron como cultura en la familia. Cultura que movió a las hermanas a la participación por un cambio democrático en Guatemala y que les significó represión, muerte, tortura y exilio.

No obstante los sufrimientos y obstáculos vividos, la familia ha mantenido su decisión de lucha por la justicia. De allí que, desde la captura de Emma, la familia Molina Theissen realizó todas las acciones a su alcance para su liberación. Una vez supieron de su escapada de sus captores, sintieron un alivio que no duró mucho. Un día después de la fuga de Emma, Marco Antonio es secuestrado y desaparecido. Desde ese entonces, sin descanso, la familia le ha buscado y procurado justicia ante este crimen. Particularmente a partir de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (2004), la cual obliga al Estado a realizar el juicio nacional en contra de los captores y violadores de Emma, así como de los secuestradores de Marco Antonio.

La justicia y la reparación transformadora Con el inicio del debate en contra de Benedicto Lucas García, Jefe del Estado Mayor General del Ejército;  Francisco Luis Gordillo, Comandante de la Zona Militar de Quezaltenango; Manuel Antonio Callejas, Jefe de Inteligencia Militar; Edeliberto Letona Linares, Subcomandante de la Zona Militar de Quezaltenango y; Hugo Zaldaña Rojas, oficial de Inteligencia militar en la zona militar de Quezaltenango, se abre la oportunidad para ofrecer justicia a la familia. 

Durante este debate se conocerán los hechos enfrentados por Emma Guadalupe y Marco Antonio, así como las estrategias empleadas por el Estado para combatir a la disidencia. Será una oportunidad más para ofrecer reparación a los cientos de miles de víctimas de la atroz represión del Estado.

Por lo tanto, este uno de marzo es muy importante la presencia y acompañamiento social constante, así como el respaldo a una familia que ha luchado por décadas para alcanzar justicia. Esto es una necesidad y una manera más de luchar contra la impunidad.

Guatemala, 28 de febrero de 2018

FAMILIA MOLINA THEISSEN
Asociación La Cuerda, FAMDEGUA,CAFCA, CALDH, CEJIL, CONACMI, CONFREGUA, ECAP, Fundación Myrna Mack, GAM, HIJOS  Guatemala, Human Rights Defenders Project, Impunity Watch, SEDEM, UDEFEGUA.

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